Cerca de una veintena de turones europeos (Mustela putorius) procedentes del centro de la península ibérica se liberarán en 2021 en Cataluña para contribuir a salvaguardar a esta especie en peligro crítico en la región. La actuación se enmarca dentro del proyecto TuroCat, coordinado por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Cataluña, el Zoo de Barcelona y la ONG Trenca. El proyecto cuenta con la financiación de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el Zoo de Barcelona y la Generalitat de Cataluña. Las poblaciones donantes se escogerán entre las poblaciones sanas más próximas geográficamente a los turones catalanes supervivientes. Estas sueltas serán un salvavidas para la especie en Cataluña, porque permitirán reconectar y reforzar los pequeños núcleos supervivientes de turones autóctonos, con una diversidad genética muy baja, y tan escasos que podrían extinguirse por cualquier nueva alteración del medio.

La mejora del hábitat, la erradicación de especies invasoras, la firma de acuerdos con agricultores o la difusión de un documental divulgativo han sido algunas de las acciones que ha desarrollado este año el proyecto TuroCat, con el que se ha dado un impulso definitivo a la recuperación del turón europeo en Cataluña.

En los últimos 40 años, este pequeño mamífero ha desaparecido de más del 80% de su antigua área de distribución en Cataluña. Ya tan solo sobreviven poco más de un centenar de ejemplares en núcleos poblaciones del Bajo Ter (Bajo Ampurdán), y en poblaciones muy pequeñas y aisladas en otras zonas del Alto y Bajo Ampurdán, en el Ripollés y en el norte de la provincia de Barcelona.

Un paisaje agrícola mejor conservado.

El turón europeo es un gran aliado de los agricultores, pues controla de forma natural las poblaciones de roedores, aunque paradójicamente una de las principales causas de su declive es la intensificación agraria. El proyecto TuroCat ha firmado acuerdos con varios propietarios de fincas interesados en la conservación del paisaje agrícola tradicional (con márgenes, setos y muros entre campos…) que es clave para la supervivencia del turón.

Como parte de la mejora del hábitat en la zona más crítica para la especie, se han construido 14 vivares (madrigueras artificiales) y se han liberado 120 conejos en el Parque Natural de los Aiguamolls del Ampurdán y en las riberas del Bajo Ter, donde estos pequeños mamíferos (una pieza clave del ecosistema y presa del turón) son muy escasos. La Fundación Drissa, una entidad dedicada a la integración laboral de personas que sufren enfermedades mentales, ha desarrollado las obras de los vivares.

Además, se ha trabajado en la captura de visones americanos en zonas óptimas para la recuperación del turón o con presencia actual en Girona, y también en hábitats fluviales interesantes para el futuro del turón en Lleida. El visón americano es una de las especies invasoras más agresivas y dañinas para la fauna autóctona, y su captura favorece a otras muchas especies de la fauna de nuestros ríos y arroyos, como la rata de agua o las aves acuáticas.

También se han firmado convenios de colaboración con los Parques Naturales de los Aiguamolls de l’Empordà, Montgrí, Iles Medes i Baix Ter, el Paraje Natural de Interés Nacional de la Albera y el Consorcio del Ter. A nivel de sensibilización, se ha realizado un documental y se han puesto en marcha perfiles de redes sociales protagonizados por este carnívoro tan desconocido y amenazado.

Grupo de trabajo TuroCat desde 2019.

En el marco del proyecto, en 2019 se creó el Grupo de Trabajo TuroCat, integrado por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, el Zoo de Barcelona y la ONG Trenca. Este Grupo de Trabajo asegurará la continuidad de las acciones de recuperación de la especie, incluidas las medidas de mejora del hábitat (recuperación del conejo, erradicación de especies invasoras, reducción de los atropellos…).

El proyecto ha contado con el apoyo humano y logístico de los Agentes Rurales de la provincia de Girona, l’IRTA Mas Badia (DARP), la Universidad de Girona, el Centro de Recuperación de Fauna de los Aiguamolls de l’Empordà, el Consorci del Ter i diversas entidades, propietarios de fincas y naturalistas ampurdaneses. Colabora económicamente la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que ha financiado el proyecto. El investigador principal es Salvador Salvador, asociado a la Universidad de Girona.

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